La música influye en el cerebro humano, accediendo directamente a nuestras emociones. Ya desde el vientre materno nos emociona profundamente y nos impulsa a alcanzar el máximo rendimiento, además de ayudarnos a vivir de modo más saludable y feliz.
Neurocientíficos como Peter Vuust y Stefan Kölsch investigan el secreto de los ritmos y las melodías, estudiando la función y el desarrollo de nuestro cerebro. Kölsch, de la Universidad de Bergen, en Noruega, afirma que la música ayuda a nuestro cuerpo a activar nuestro poder curativo natural, quizás incluso mejor que muchos medicamentos.
Mientras cocinamos, solemos tararear canciones de la radio y seguimos el ritmo cuando suena algún tema particularmente marchoso. Peter Vuust, del instituto Music in the Brain de Aarhus, Dinamarca, ha analizado este fenómeno y sabe por qué no podemos quedarnos quietos cuando suenan ciertas canciones.
Al hacer deporte, nuestros temas preferidos nos pueden ayudar a alcanzar un gran rendimiento. Tom Fritz, del Instituto Max Planck en Leipzig, descubrió que podemos rendir aún más si creamos música nosotros mismos durante el entrenamiento. Este documental analiza la influencia positiva que la música tiene sobre nosotros, desde nuestra más tierna infancia hasta que somos ancianos.